La inolvidable Haití ¿Hasta cuando?

Por Steve Magaña.
Especial Boletín El Daltoniano.
Noticias sobre la resistencia popular y las juventudes en El Salvador.

El día 12 de Enero fuimos testigos a través de las cadenas informativas internacionales de la hecatombe sucedida en Haití. Un seísmo de 7,5º escala Richter dejó a más de 200,000 personas fallecidas -según las autoridades haitianas- así como a 250,000 heridos y cerca de un millón de personas sin hogar. Gráficamente se podía observar la destrucción y caos posterior en las transmisiones de dichas cadenas informativas.

Luego toda una ola de oraciones, apoyo y ayuda por parte de la comunidad internacional al pueblo haitiano, que estaba devastado por este evento natural, y se mencionaba mil y una vez en las noticias de CNN, Telemundo, Univisión, etc. «…sismo que afecto a uno de los países más pobres del mundo».

Sin embargo fuimos pocos y pocas que nos concentramos en ¿porque Haití salió tan afectado?. Y basta investigar concienzudamente el porqué Haití fue vulnerable o mejor dicho fue vulnerado para que éste evento natural del 12 de Enero, haya empobrecido más a un país que históricamente ha sido invadido, secuestrado, corrompido, expropiado, reprimido, explotado, deforestado y dominado.

Y se dice “fue vulnerado” porque a diferencia del terremoto en Chile -donde también fallecieron personas- , Chile tuvo capacidad de levantarse y seguir adelante porque tiene una sociedad con mas recursos y elementos que le permiten recuperarse mejor ante un terremoto.

Volviendo a Haití y relacionándolo con las cadenas informativas internacionales, se monto toda una parafernalia mediática para apoyar a la pobre Haití “porque están en la pobreza y la miseria”. Pero hasta antes de eso, en ningún momento los medios habían hablado de Haití, de sus golpes de estado, de la manera sínicamente perceptible de cómo los Estados Unidos ha saqueado a ese país

De cómo la supuesta misión de paz de las Naciones Unidas en Haití liderada por el ejercito brasileño ha permitido que las corporaciones y empresas transnacionales exploten al pueblo haitiano y a la vez sustraigan la riqueza natural, forestal y mineral de este país caribeño dejándolo cada vez mas pobre y contaminado, afectando así la sustentabilidad alimentaria del noble y pisoteado pueblo haitiano.

De como cuando al fin se vio una luz de cambio para mejorar con el gobierno de Jean Bertrand Arístide, la intromisión propia del imperialismo norteamericano boicoteo a un presidente, un sacerdote salesiano portavoz de la Teología de la Liberación que buscaba la autonomía de su pueblo y buscaba acabar con las afecciones a su pueblo incluso el decía:

“La solución es la revolución, primero en el espíritu del Evangelio; Jesús no podía aceptar que el pueblo pase hambre. Es un conflicto entre clases, entre ricos y pobres. Mi trabajo es de predicar y organizar…”

Sin embargo los gringos no lo permitieron, orquestaron un golpe de estado maquillándolo con que Aristide renunció a la presidencia. Luego viene la misión de paz de la ONU con sus cascos azules a casi militarizar la isla, al igual que lo hizo Estados Unidos recién acaecido el terremoto en esa nación.

Esta invasión de los cascos azules generó un estado aun más permisivo para el saqueo natural que mencionaba anteriormente y que ha llevado a los extremos de que el pueblo pobre haitiano a falta de alimentos busca saciar el hambre, comiendo galletas hechas de lodo, intentando así aplacar el hambre. Hambre que ha sido provocado por las ambiciones de todo un sistema llevando a Haití al índex de los países mas pobres.

Los medios jamás hablaron de ello, jamás la atención se enfoco a las causas económicas y políticas históricas, sino al terremoto, lo que no está mal pero se ha percibido un intento de desviar la atención de lo que estructuralmente ha afectado al pueblo haitiano y lo ha sumergido en la pobreza.

El terremoto nada mas vino a agravar la ya muy deteriorada situación social. Por otra parte, lo del terremoto significo una oportunidad para muchas empresas y artistas para patrocinarse gratuitamente realizando actos generosos, permeándo así la mente de las personas encaminándolos a la aceptación social y al consumo.

Y aunque existen muchas campañas loables que buscan beneficiar al pueblo haitiano, entre ellas, la creación de dos cover de la canción «we are the world», una versión en ingles y otra en español, canción que fue escrita en la década de los 80 por Lionel Richie y Michael Jackson, y producida por el famoso Quincy Jones, con la intención de reducir el hambre que se estaba dando en Etiopía.

Ahora es interpretada por muchos artistas conocidos, con el fin de recaudar fondos para Haití. La intención me parece loable pero estéril para solventar la problemática del pueblo Haitiano.

Porque este tipo de campañas es una manera asistencial al momento y muy poco profunda para solventar un problema de dimensión histórica y profundamente arraigada en una sociedad salvajemente abusada por el imperialismo norteamericano.

La solidaridad que éstas canciones evocan van enfocadas nada mas a la persona común a que apoye y colabore económicamente, para comprar víveres y artículos de primera necesidad; esto está muy bien y es plausible, pero la solidaridad debe de ir más allá del somero hecho de donar para comprar comida.

Debe demostrarse también uniéndonos y exigiéndonos que el pueblo haitiano sea autónomo y que le permitan desarrollarse por si mismo. Exigir que la comunidad internacional intervenga solamente para apoyar que el pueblo haitiano se recupere y no para aprovecharse de su situación social despojándolos de todas sus riquezas, sumergiendo así a Haití aún más en la miseria y el hambre.

Que los artistas que participaron posiblemente de manera altruista en la creación de esta hermosa canción también dediquen su canto a denunciar los abusos y atropellos de los que Haití ha sido víctima durante muchos años por parte de las ambiciones capitalistas.

Porque artistas de la talla de Ricky Martin, Thalia, Paulina Rubio, Shakira, Daddy Yankee, con lo famoso que son ellos podrían alzar su voz para también defender al pueblo haitiano con su canto, dando un mensaje que evidencie todos los injurias y penurias que se le ha hecho a Haití y motivando a demostrar la verdadera solidaridad internacional a favor del país caribeño.

Hay mucho que tejer en esta problemática pero mi gran preocupación gira en torno a que hasta cuando Haití estará en la agenda mediática internacional, y si a mediano plazo volveremos a sumergir a Haití en la triste y oscura celda del olvido, donde la memoria quede exiliada, dejando así solos y olvidados a los haitianos y haitianas que seguirán sumergidas en la pobreza.

Porque esta canción “we are the world” que se realizo a mediados de los 80 con el fin de recaudar fondos para acabar con el hambre por supuesto llegó a Etiopía y por supuesto subió el rating de popularidad en los artistas participantes, pero esto, digamos, que llego por añadidura y confiamos que el dinero realmente se destino en su totalidad a la noble causa.

Lo que sí es propio decir es que la hambruna continuo en Etiopia y esta medida asistencial solo dio un pincelazo momentáneo de solución de la problemática, pero posteriormente la pintura se acabo y regreso la blanca y negra realidad de la hambruna en Etiopía. Entonces la intención fue buena pero fue vaga y estéril.

Lo mismo se vislumbra con estos dos nuevos covers de la canción uno en ingles interpretado por varios artistas norteamericanos entre ellos un hispano y la otra versión que se ha hecho totalmente en español con muchos artistas conocidos.

Las nuevas canciones buscan generar fondos para apoyar a los Haitianos a través de sus descargas por i tunes, y estos fondos utilizarse en la reconstrucción del país. Y vuelvo y recalcó es una buena idea con una loable intención, y felicito a los artistas que participaron en la creación de este hermoso proyecto artístico musical.

Pero es que surgen en mi un par de preguntas ¿será ésta una real solución al problema o es otro intento de desviar la atención pública de las verdaderas causas que tienen y convierten a Haití en un pueblo vulnerado y empobrecido? y ¿hasta cuando Haití será recordada para seguir ayudándole y solidarizándonos con ellos?.

Y quizá también ¿será que la solidaridad nada más debe dimensionarse en el hecho de aportar económicamente o existirán también otras formas de poder demostrar solidaridad con nuestros hermanos y hermanas haitianos, habitantes y hermanos de esta patria grande conocida como Latino-América?

Para contestar esto hay que investigar y así generar conciencias, ahí dejo mi reto.

Rutilio Grande y sus páginas subversivas

Foto Mural Rutilio Grande// Fuente: Flickr

Foto: Mural Rutilio Grande// Fuente: Flickr

Por Geovani Montalvo.
Especial del Boletín El Daltoniano.
Noticias sobre la resistencia popular y las juventudes en El Salvador.

“El amor, que es conflicto y que exige en los creyentes y en la Iglesia como cuerpo, la violencia moral// La violencia está en la Palabra de Dios, que nos violenta a nosotros y que violenta a la sociedad, y que nos une y nos congrega, aunque nos apaleen. Por lo tanto, el código se resume en una palabra, AMOR” Rutilio Grande.

Asesinado el 12 de marzo de 1977, mientras se dirigía en vehículo a celebrar una misa en el pueblo que lo vio nacer, El Paisnal. Ametrallado por los escuadrones de la muerte. Junto a él fallecieron dos campesinos, Manuel Solorzano, de 72 años, y Nelson Rutilio Lemus, de 16.

Rutilio Grande García nació en 1928, descubrió su vocación al sacerdocio desde muy joven, tímido pero comprometido, promotor de las Comunidades Eclesiales de Base. Un jesuita salvadoreño, fue profesor en el seminario San José de la Montaña, también pasó un tiempo estudiando en España. Amigo de Monseñor Romero, el obispo asesinado por tomar una opción preferencial por los pobres.

Grande sería su legado, el padre tilo –como era conocido- durante su conocido Sermón de Apopa, en misa en la parroquia de Aguilares, en respuesta al hostigamiento y expulsión del país del sacerdote jesuita Mario Bernal por parte del gobierno salvadoreño hizo una clara reflexión y llamado al cristiano y a la cristiana.

“Prácticamente el sacerdote y el simple cristiano que ponen en práctica su fe, según las sencillas y simples líneas maestras del mensaje de Jesús, por fidelidad ha de vivir entre dos polos exigentes: la Palabra de Dios revelada y el Pueblo, el de siempre, el de las grandes mayorías, el del margen del camino, el enfermo que clama, el esclavizado, el que está al margen de la cultura -60 por ciento de analfabetos-, el que tiene mil alienaciones, el que vive en un sistema feudal de hace siglos”.

Rutlio Grande siempre denunciaba, a la luz del evangelio y del Concilio Vaticano II, la pobreza como una injusticia estructural. “En ciertos lugares de nuestro país no son dueños de la tierra ni de la vida. Tienen que treparse a los conacastes -ni ésos son de ellos, ¡ni los conocastes! Las chiltotas pueden volar y poner trepadas allá en las ramas los nidos. El pobre salvadoreño es esclavo de esta tierra, que es del Señor, según la Biblia”.

El tiempo que le tocó vivir al Padre Grande, fue un tiempo intenso, con las primeras manifestaciones guerrilleras, un sistema de injusticia social, fraudes electorales, descontento popular y represión estatal de los gobiernos militares y oligárquicos.

“¡Este hombre es pobre! Las estadísticas de nuestro pequeño país son pavorosas. Ya dijimos que también existe en el país una falsa democracia nominalista. Mucho se habla, la boca se llena de «democracia»” decía Rutilio Grande.

“El poder del pueblo es el poder de una minoría, no del pueblo! ¡No nos engañemos! Las estadísticas de nuestro pequeño país son pavorosas a nivel de salud, a nivel de cultura, a nivel de criminalidad, a nivel de subsistencia de las mayorías, a nivel de tenencia de la tierra. Todo lo arropamos con una falsa hipocresía y con obras suntuosas”.

Como un auténtico profeta, sus denuncias siguen vigentes en nuestra época. Ahora, si bien se han suprimido los gobiernos de corte militar en El Salvador, quien domina siempre es la oligarquía representada en un grupo reaccionario y minoritario de la población que ejerce explotación y defiende sus egoístas intereses personales.

“Mucho me temo, mis queridos hermanos y amigos, que muy pronto la Biblia y el Evangelio no podrán entrar por nuestras fronteras. Nos llegarán las pastas nada más, porque todas sus páginas son subversivas. ¡Subversivas contra el pecado, naturalmente!”.

Y esas páginas subversivas, son las que movieron después de la muerte de Rutilio, a muchos cristianos, cristiana y religiosos a defender y luchar por la justicia, como el valor por excelencia del Reino de Dios, aquel Reino que predicó Jesús en su tiempo.

“Entonces, hermanos queridos, yo me temo que si Jesús entrara por la frontera, allá por Chalatenango, no lo dejarían pasar. Allí por Apopa lo detendrían. Quién sabe si llegara a Apopa, ¿verdad? Mejor dicho, por Guazapa, ¡duro con él! Se lo llevarían a muchas Juntas Supremas por incostitucional y subversivo”.

“Al hombre-Dios, al prototipo de hombre, lo acusarían de revoltoso, de judío extranjero, de enredador con ideas exóticas y extrañas, contrarias a la «democracia», es decir, contrarias a la minoría. Ideas contrarias a Dios, porque lo son del clan de caínes”.

Casi medio siglo después de su asesinato, el mensaje del Padre Rutilo sigue siendo grande. Su sangre mezclada con la sangre de miles de campesinos y campesinas nos sigue llamando y comprometiendo hacia la lucha de la liberación colectiva.

“Nos tenemos que salvar en racimo, en mazorca, en matata, o sea, ¡en comunidad!” nos diría Rutilio Grande. Nos tenemos que liberar colectivamente.

Tres ataúdes fueron sacados de Catedral de San Salvador, en uno iba el cuerpo inerte de Rutilio Grande. La multitud se había reunido no para despedir al mártir, sino que se había reunido para acompañar a Rutilio en su camino a la cruz, así como la multitud acompañó a Jesús a ese monte santo hace mucho tiempo atrás.

Casi medio siglo después, mucha gente sigue haciendo ese recorrido a la cruz, firmes en la convicción de que quien muere por la vida no muere, solo renace en la esperaza del pueblo que cree en otro mundo, en otra vida aquí en la Tierra.

“Vamos todos al banquete, a la mesa de la creación; cada cual con su taburete tiene un puesto y una misión”.